Esta mañana tenemos el lujo de ofreceros un excelente post de una de nuestras lectoras, Sandra Herranz, a la que parece que, al igual que muchos, la trilogía del Hobbit no ha acabado de convencerla. Desde aquí queremos agradecerla su aportación una vez mas y recordar a nuestros lectores una vez mas que pueden mandar sus aportaciones a dv.popcorntime@gmail.com y que nosotros las publicaremos para que todo el mundo pueda leerla:
Para empezar, hay que entender que El Hobbit, forma parte de un universo perfecto que Tolkien creó desde sus inicios, literalmente. Una historia sin lagunas, sin vacíos. Con coherencia y cohesión. Creo, en mi humilde opinión, que es narrativamente perfecta. Y lo seguirá siendo, siempre y cuando no aparezca Peter Jackson para fastidiarlo todo.
Por querer hacer caja, ha decidido contar en nueve horas una sarta de mentiras que desnaturalizan toda la historia. La trama hace a los personajes y los personajes a la trama. Si cambias la trama, en el más mínimo detalle, cambias a los personajes. Y si haces lo que ha hecho Jackson, desnaturalizas una historia. La vacías de contenido. La perviertes. Nos presenta a un Thorin que no necesitaba caer tan bajo, al ser mucho más noble originalmente. Y a un Bilbo Bolsón que ni si quiera se debate la suficiente (que es esencial en la historia original, por otro lado). Y por esta errónea presentación de los personajes, la relación entre ambos no queda tan real, porque si bien entiendo que no se puede calcar el libro en la película (normalmente la excusa es el tiempo, pero en este caso ha habido más que suficiente), Jackson no ha sabido trasladar la esencia de estos dos personajes y, por eso, su relación es artificiosa y muy forzada. Incluso incluye una historia de amor ¿verdadero?, que, literalmente, asesina a la mitad protagonista de esa absurdez.
Y no contento con todo esto, decide meter la pata, todavía más. Poniéndonos en situación, al principio de La Comunidad del Anillo, Gandalf empieza a sospechar que el poder de Sauron ha renacido, lo que le lleva a hacer un viaje de 3 años para averiguarlo. 3 años está este pobre hombre intentando averiguar si el anillo que hereda Frodo es el Anillo Único. Lo descubre, convoca un concilio en el que Elrond, no más sorprendido que los demás miembros de la compañía, también cae en la cuenta de que lleva razón. Galadriel lo sospecha, pero es que lleva en la Tierra Media más que ninguno, y alguna ventaja tendría que tener. Así que, por algún motivo que desconozco (porque de verdad, esta trama no necesitaba más giros dramáticos para hacerla mejor), decide abrir una brecha y destruirlo todo.
Perdonad mi indignación, pero he pasado tres horas (en esta última película es mucho más palpable) recibiendo explicaciones de las acciones que realizaban los propios personajes. Las historias no se explican, se narran. Y todas estas explicaciones son necesarias porque la historia, obviamente, no se cuenta sola. Porque esto que habéis visto en las pantallas de los cines, no tiene el menor sentido. Alabo las películas épicas y que alguien, con la suficiente imaginación, sea capaz de realizarlas; pero considero tremendamente injusto que alguien aproveche una historia sencilla, pero sabia, para suplir su falta de ingenio. Y, por supuesto, el resultado es una auténtica chapuza.
LO MEJOR
- La banda sonora es sublime, como en el resto de películas de la saga. - Los efectos especiales no tienen ni una pega.
LO PEOR
Además de todo lo dicho, Légolas jamás se habría quedado sin flechas.
Sandra Herranz Casas o @sandiamonds
Para empezar, hay que entender que El Hobbit, forma parte de un universo perfecto que Tolkien creó desde sus inicios, literalmente. Una historia sin lagunas, sin vacíos. Con coherencia y cohesión. Creo, en mi humilde opinión, que es narrativamente perfecta. Y lo seguirá siendo, siempre y cuando no aparezca Peter Jackson para fastidiarlo todo.
Por querer hacer caja, ha decidido contar en nueve horas una sarta de mentiras que desnaturalizan toda la historia. La trama hace a los personajes y los personajes a la trama. Si cambias la trama, en el más mínimo detalle, cambias a los personajes. Y si haces lo que ha hecho Jackson, desnaturalizas una historia. La vacías de contenido. La perviertes. Nos presenta a un Thorin que no necesitaba caer tan bajo, al ser mucho más noble originalmente. Y a un Bilbo Bolsón que ni si quiera se debate la suficiente (que es esencial en la historia original, por otro lado). Y por esta errónea presentación de los personajes, la relación entre ambos no queda tan real, porque si bien entiendo que no se puede calcar el libro en la película (normalmente la excusa es el tiempo, pero en este caso ha habido más que suficiente), Jackson no ha sabido trasladar la esencia de estos dos personajes y, por eso, su relación es artificiosa y muy forzada. Incluso incluye una historia de amor ¿verdadero?, que, literalmente, asesina a la mitad protagonista de esa absurdez.
Y no contento con todo esto, decide meter la pata, todavía más. Poniéndonos en situación, al principio de La Comunidad del Anillo, Gandalf empieza a sospechar que el poder de Sauron ha renacido, lo que le lleva a hacer un viaje de 3 años para averiguarlo. 3 años está este pobre hombre intentando averiguar si el anillo que hereda Frodo es el Anillo Único. Lo descubre, convoca un concilio en el que Elrond, no más sorprendido que los demás miembros de la compañía, también cae en la cuenta de que lleva razón. Galadriel lo sospecha, pero es que lleva en la Tierra Media más que ninguno, y alguna ventaja tendría que tener. Así que, por algún motivo que desconozco (porque de verdad, esta trama no necesitaba más giros dramáticos para hacerla mejor), decide abrir una brecha y destruirlo todo.
Perdonad mi indignación, pero he pasado tres horas (en esta última película es mucho más palpable) recibiendo explicaciones de las acciones que realizaban los propios personajes. Las historias no se explican, se narran. Y todas estas explicaciones son necesarias porque la historia, obviamente, no se cuenta sola. Porque esto que habéis visto en las pantallas de los cines, no tiene el menor sentido. Alabo las películas épicas y que alguien, con la suficiente imaginación, sea capaz de realizarlas; pero considero tremendamente injusto que alguien aproveche una historia sencilla, pero sabia, para suplir su falta de ingenio. Y, por supuesto, el resultado es una auténtica chapuza.
LO MEJOR
- La banda sonora es sublime, como en el resto de películas de la saga. - Los efectos especiales no tienen ni una pega.
LO PEOR
Además de todo lo dicho, Légolas jamás se habría quedado sin flechas.
Sandra Herranz Casas o @sandiamonds
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